El objetivo del censo es detectar y censar todos los puntos de concentración nocturna (dormideros), por considerarse la metodología más adecuada para conocer mejor el tamaño de población invernante de esta especie, según informaron hoy a EFE fuentes de esta organización. La localización de los dormideros y sus tamaños relativos ofrecen una buena estimación general de sus principales áreas de distribución a gran escala y de sus contingentes.
Según SEO-BirdLife, no van a determinar en este censo las áreas de alimentación de la especie, por ser difícil cubrir adecuadamente todas las zonas potenciales. La metodología del censo se centrará en cubrir las áreas utilizadas por las grullas como dormideros, que se encuentran en zonas húmedas, aunque, ocasionalmente éstos se forman también en los mismos lugares donde se alimentan como pastizales y áreas cultivadas. La mayoría de los dormideros son tradicionales y se ocupan todos los años, pero en algunos casos puede variar dependiendo del nivel de agua de los humedales, de las superficies cultivadas, la abundancia de bellota o el clima, entre otros factores.
Los equipos de ornitólogos ciudadrealeños han dedicado un tiempo previo a la realización del censo a la identificación de los dormideros donde posteriormente se llevara a cabo el censo. El horario preferente de la realización del censo será el atardecer, pues es en este momento cuando la entrada de las aves es más paulatina y menos dispersa que la salida del dormidero al amanecer.
La provincia de Ciudad Real es uno de los principales lugares de invernada de la grulla común en todo el país. Los parques nacionales de Las Tablas de Daimiel y Cabañeros y las comarcas del Valle de Alcudia y Almadén y los complejos lagunares de Alcázar de San Juan y Pedro Muñoz albergan las principales poblaciones en la provincia.
La grulla común es una ave de gran tamaño, que supera el metro de altura, y que se caracteriza por su plumaje gris ceniza con una banda blanca alargada a los lados y una destacada mancha occipital roja en su cabeza. Esta ave recorre miles de kilómetros de distancia desde los países de donde procede, Noruega, Finlandia, Alemania, Estonia, Polonia o Suecia hasta Ciudad Real.
La grulla es una especie protegida sobre la que pesan grandes amenazas, entre las más importantes, la destrucción de su hábitat por la proliferación de grandes obras de infraestructura y los cambios en la actividad agrícola, así como la proliferación de tendidos eléctricos en las áreas de invernada. Desde SEO-BirdLife se viene llamando la atención sobre la necesidad de articular medidas específicas para la protección de las grullas, que deben estar regidas por la corresponsabilidad internacional al tratarse de aves migratorias.
Fuente: EFE, 23-dic-2007.
Imágenes: Luis Segura.
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